“Nani Ga Kanojo O So Saseta Ka”, that is to say, “What Made Her To Do It?” is an excellent silent Japanese movie. It is a masterpiece film directed in the year 1930 by Herr Shigeyoshi Suzuki, an unknown film director for this German Count. His name deserves to be written down in the Teutonic crocodile leather agenda as one of those exotic directors that deserves more aristocratic attention and interest from now on.
That’s because his film, based upon a popular “Shingeki” play (nothing in common with the metaphysical German theatre although often as boring…) is a superb display of the Herr Suzuki’s skilfulness and talent (elegant and discreet camera movements that emphasize the film action with introspectiveness and poetry). “Nani Ga Kanojo O So Saseta Ka” is a beautiful and tragic film in which realistic images are melded together with elements of social criticism. The oppression and miseries that the main character suffers during the film (from a gallery of different situations and ruthless characters) via Dame Sumiko’s (Keiko Takatsu) performance is excellent and moving. Her presence on the screen is enough; her face displays and expresses (it seems that with no effort) the sorrow, the sensibility, the misfortunes and the little joy that she has to endure during the years of her life. This only breaks at the end of the work, when desperate, she is fed up of such a sad and undeserved miserable life (seeking revenge against society’s selfishness).
This wonderful and must-see film was considered lost until that an incomplete copy (the lost sequences of the beginning and the end of the film are revealed thanks to explanatory inter-titles) appeared during recent years in the Russian Film Archives (it seems that those communists’ greed has no limits… they kept lost silent films, half of Germany… ). The film was, in its time, one of the biggest successes of Japanese silent cinema.
And now, if you'll allow me, I must temporarily take my leave because this Germanic Count wants to enjoy his privileged life.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien
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“Nani Ga Kanojo O So Saseta Ka” es un excelente filme nipón , una obra maestra dirigida en el año 1930 por Herr Shigeyoshi Suzuki, un desconocido director para éste Conde germánico, un nombre que ha sido subrayado en la agenda de piel de cocodrilo teutona como, a partir de ahora, de especial importancia e interés para éste aristócrata.
Y todo ello es debido a que dicho filme, basado en una popular obra de teatro “Shingeki” ( nada que ver con las piezas teatrales metafísicas germánicas aunque tan aburridas como éstas… ) es una soberbia muestra de maestría y talento ( elegante y discretos movimientos de cámara que enfatizan la acción del filme ) introspección y poesía. “Nani Ga Manojo O So Saseta Ka” es además un bello y trágico filme en el cual imágenes realistas se fusionan con elementos de crítica social; la opresión e infortunios que sufre el personaje principal del filme durante toda la obra ( galerías de personajes malvados situados en épocas y situaciones variopintas ), via Dame Sumiko ( Keiko Takatsu) cuya interpretación absolutamente excelente, emocionante, que con su sola presencia en la pantalla es más que suficiente para expresar en su cara ( parece que con el mínimo esfuerzo ) la pena, infortunio, emociones y la poca alegría que encontrará y soportará durante los años de su vida; dicha situación solamente tendrá fin cuando al final de la película, absolutamente desesperada y harta de tan inmerecida y miserable vida, decida vengarse en contra del egoísmo de la sociedad para con ella.
Este maravilloso e imprescindible filme estuvo considerado perdido hasta que hace unos años una incompleta copia ( las secuencias perdidas del principio y el final del filme son reemplazadas por subtítulos explicativos ) apareció en los archivos de la filmoteca rusa ( parece ser que la avaricia de esos comunistas no tiene límite, se apropian de filmes considerados perdidos o incluso de la mitad de Germania… ) siendo dicha obra en su época, uno de los más grandes éxitos que tuvo el cine silente nipón.
Y ahora si me lo permiten les tengo que dejar momentáneamente, pues este Conde germánico quiere disfrutar de su privilegiada vida.
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